Al día siguiente, me fui bien temprano y llegué al ayuntamiento baruteño, allí no había información porque los concejales no tenían sesión de cámara. Me fui preocupada, no conocía Baruta y no tenía nada que escribir para mi primera noticia. Caminé, encontré la Plaza Las Mercedes, cuando me iba a sentar, un niño con una patineta casi me lleva por delante, se disculpó, pero igual le dije que tuviera más cuidado, que se fueran a otra parte a jugar. El chamo me dijo que estaban allí porque la alcaldesa no les hjabía arreglado el sitio que les había prometido para practicar su deporte preferido. De inmediato, les hice una entrevista para llevar algo al periódico y tomé unas fotos... Me fui al periódico con mi historia. Y como era para un diario muy local, les gustó y con grandes fotos, me dieron las páginas centrales y, por supuesto, aseguré el trabajo.
Esa fue mi primera noticia. Ese mismo día, en esa plaza conocí a un dirigente comunitario, con quien hice contactos con líderes de asovecinos, que en ese tiempo era la instancia de participación.
La primera denuncia de fallas de servicios la hice en Las Minas de Barutas, en una clocas colapsadas cerca de un colegio. Del 90 al 292 estuve en La Prensa. Posteriormente, del 92 al 94 en un semanario del municipio El Hatillo, llamado la Guía del Sureste.
Vivía en un barrio de Antímano y por cuatro años trabajé el sureste de la ciudad. A Baruta y El Hatillo les tengo mucho afecto, allí comencé a ejercer el periodismo comunitario. Allí conocí a mi gran amiga Carmen Rosa Terán, hoy diagrama páginas desde el cielo. También conocí a Norys Brown, sencilla, solidaria, amiga en las buenas y en las malas.. .
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